lunes, 19 de julio de 2010

Lo que puedes hacer en una Vida

No subestimes lo que puedes hacer en la vida. El tiempo es nuestro aliado, no tengas prisa.

Si no alcanzamos un objetivo, es necesario que controlemos si hemos hecho todo lo necesario o si nos hemos olvidado de algo por el camino.

Se determinado con tu objetivo pero al mismo tiempo flexible por lo que respecta al tiempo.

Es imposible controlar cada cosa, la vida nos depara situaciones imprevistas. No obstante ello, si estamos convencidos de habernos ocupados de nuestras responsabilidades y si hemos sido flexibles con las nuevas situaciones, entonces no tenemos nada de que temer.

Por lo general, las personas tienden a sobrestimar lo que pueden hacer en un año (o en algunos meses) y a subestimar lo que pueden alcanzar en diez años (o en cinco). A menudo esto se debe al estrés o al abandono.

PESO JUSTO PARA SIEMPRE sigue este principio.

A la hora de establecer tus objetivos, se flexible en materia de tiempo y previene posibles situaciones inesperadas, pero se inflexible por lo que respecta a alcanzar el objetivo final.

Sin embargo, en nuestro caso el final no llega nunca. Este es un viaje que durará toda la vida. Una vez che hemos alcanzado nuestro peso ideal, tenemos el placer y la responsabilidad de mantenerlo para siempre, de vivir una vida más larga y más saludable.

Hazlo por ti mismo y por tu libertad y todo se volverá natural y placentero.

Vive a pleno cada día, te deseo que logres mantener tu peso justo para siempre,

domingo, 11 de julio de 2010

Escalón a Escalón es un Logro Complejo

El hecho de ir alcanzando frecuentemente pequeños objetivos es algo digno de celebrar. Te transmitirá confianza, seguridad en ti mismo, ánimos y motivación para seguir haciendo dieta, corriendo o haciendo lo que te hayas propuesto hacer. De modo que recompénsate por cada objetivo parcial que vayas alcanzando.

Anota también los objetivos parciales para poder hacer un seguimiento de lo que necesitas hacer, registrar los logros parciales a medida que los vayas cumpliendo y disfrutar sabiendo que te vas acercando a la gran meta. (El hecho de escribir los pasos específicos tiene otra ventaja -si notas que te flaquea la voluntad, puedes echar un vistazo a tu lista para comprobar el camino que ya llevas andado, animarte y reorientarte).

Comprueba tus progresos. Ahora que has dividido tu objetivo en una serie de objetivos parciales, comprueba tus progresos cada día.

Cuando cumplas un objetivo parcial, márcalo en tu lista. Dite a ti mismo: "Bueno, ya he perdido 1,5 Kg. ¡Ya estoy a mitad de camino para lograr mi objetivo!" Recompénsate con algo que te prometiste cuando te fijaste el objetivo. ¡Saborea el éxito! Y luego piensa en cómo vas a lograr el resto de tu objetivo: "¿Ahora cómo voy a conseguir perder el kilo y medio que me falta sin recuperar lo que ya he perdido?"

Si tienes un resbalón o te falla la voluntad, vuélvete a comprometer con tu objetivo. Si tienes un resbalón, no tires la toalla. Perdónate a ti mismo y organiza un plan para volver a retomar el camino que te llevará a tu objetivo. Date unas palmaditas en la espalda por el camino que ya llevas andado. No te machaques ni seas demasiado duro contigo, independientemente de lo que te hayas desviado del camino que te habías trazado. La mayoría de la gente tiene algún resbalón cuando intenta introducir algún cambio en su vida -es una parte natural del proceso.

El hecho de escribir las tareas diarias y los objetivos parciales también ayuda en este punto, porque, si llevas un registro de tus progresos, enseguida te darás cuenta cuando tengas un resbalón, lo que te hará más fácil retomar el camino hacia tu objetivo. Y sabrás exactamente cuándo te has salido del camino. De modo que, en vez desanimarte y decirte: "Nunca lo consigo cuando me propongo perder peso", puedes decirte a ti mismo: "No estoy perdiendo peso porque no he seguido mi programa dietético y de ejercicios diario."

¿Y si tienes un resbalón tras otro? Pregúntate a tu mismo si estás realmente comprometido con tu objetivo. Si la respuesta es afirmativa, vuélvete a comprometer -y ponlo por escrito. El proceso de escribirlo todo también te puede ayudar a descubrir si estás o no realmente comprometido con un objetivo. Por ejemplo, tal vez estés más "enganchado" a la fantasía de ser una estrella del deporte que a la realidad de "sudar" para lograrlo.

Tómate los traspiés y resbalones como lecciones o recordatorios de por qué estás intentando hacer un cambio. Si te sales del plan trazado, no lo interpretes como un fracaso sino como una oportunidad para aprender algo nuevo sobre ti mismo. Supongamos que tu meta es no pelearte tanto con tu hermano o hermana. Tal vez aprendas que es mejor decir: "Ahora no puedo hablar sobre eso" y tomarte tu tiempo para tranquilizarte cuando notes que estás empezando a perder los estribos.

Paso a Paso y Poco a Poco

Sé realista. La gente a menudo abandona sus objetivos porque sus expectativas son poco razonables. Algunos esperan perder peso y quedarse como sílfides en unas semanas en vez de en varios meses, o dejar de fumar de la noche a la mañana tras varios años de fumar como carreteros. Supongamos que quieres correr una maratón. Si intentas correr los más de 42 Km. de que consta una maratón mañana mismo sin entrenarte, es poco probable que lo logres. ¡Una persona promedio necesita un entrenamiento de cuatro meses para correr tantos kilómetros seguidos! Pero el mayor riesgo es que acabes tan agotado y te quemes tanto por el esfuerzo realizado que abandones tu sueño de correr en una maratón e, incluso, de correr en cualquier otra carrera.

Parte de la capacidad de mantener la motivación depende de ser realista sobre lo que uno puede conseguir dentro del período de tiempo que se ha fijado. Perder 3 Kg. para la fiesta de fin de bachillerato es algo factible si falta un mes para la celebración. Pero, si la fiesta es el próximo sábado, es imposible que pierdas tanto peso en tan poco tiempo. Asimismo, competir con el equipo de esquí olímpico es una meta factible si tienes 15 años y ya eres un esquiador destacado. Pero si tiene 18 y acabas de recibir tus primeras clases de esquí, el tiempo no está precisamente de tu lado.

Escríbelo. Pon tu objetivo específico por escrito. Luego vuélvelo a escribir. Una y otra vez. Las investigaciones muestran que escribir un objetivo forma parte del proceso mental de comprometerse a cumplirlo. Escribe tu objetivo cada día para no pederlo de vista y para recordarte a ti mismo lo mucho que deseas alcanzarlo.

Fragméntalo en objetivos parciales. Todo cambio requiere autodisciplina. Necesitas dedicar una atención constante para no apartarte de tu propósito. Una forma de allanar el camino es dividir el objetivo en pequeños pasos. Retomemos el ejemplo de perder 3 Kg. para la fiesta de fin de bachillerato. Supongamos que dispones de un mes, de modo que tu objetivo es alcanzable. ¿Pero qué haces para alcanzarlo?

Primero, divide tu objetivo en objetivos parciales (como perder 1 Kg. a la semana durante las dos primeras semanas y luego medio kilo durante las dos semanas siguientes). Luego establece tareas específicas a realizar diariamente, como comer cinco raciones de fruta y verdura y hacer media hora de ejercicio cada día. Anótalo en un calendario o agenda para que puedas llevar un registro de tus logros parciales.

Si tu objetivo es participar en una maratón, deberás seguir un proceso similar. Supongamos que estamos en el mes de febrero y la maratón se celebra en agosto -un marco de tiempo realista para prepararte. Empieza corriendo 3 Km. y ve aumentando gradualmente la distancia. Pide a un entrenador que te ayude a fijarte objetivos parciales factibles en lo que se refiere al incremento de la distancia y que te sugiera ejercicios para mejorar el rendimiento trabajando tanto la fuerza muscular como la resistencia.

Objetivos Tacticos y Estrategicos Concretos

¿Has intentado alguna vez perder peso, sacar un promedio de sobresaliente en un curso, que te escojan para formar parte de un equipo deportivo, o te has planteado algún otro reto personal? En caso afirmativo, es posible que, como le ocurre a mucha gente, empezaras con muchas ganas, dando lo máximo de ti mismo, pero luego perdiste parte de la motivación y tuviste problemas para volverte a motivar como al principio.

¡No estás solo!
Todo el mundo se enfrenta al difícil reto de mantener la motivación cuando desea alcanzar sus objetivos. ¡Basta con que te fijes en la cantidad de personas que empiezan dietas de adelgazamiento, pierden peso y luego lo vuelven a ganar!

Lo cierto es que replantearnos las cosas, cambiar o empezar de nuevo, por pequeña que sea la faceta de nuestra vida que queramos modificar, es algo que impone. Pero no es imposible. Con el enfoque adecuado, seguro que lo puedes conseguir

Motivarse y mantener la motivación
¿Cómo mantener la motivación y seguir avanzando hacia la consecución de un objetivo? Todo es cuestión de planificar bien las cosas, tener expectativas realistas y ser perseverante. He aquí lo que necesitas hacer:

Primero, fíjate un objetivo. Empieza anotando lo que quieres conseguir: tu meta principal, lo que deseas que se haga realidad. Por ejemplo "Quiero sacar un promedio de sobresaliente en este curso" o "Quiero perder peso para la fiesta de fin de bachillerato" o incluso "Quiero participar en los Juegos Olímpicos" son metas principales porque son los objetivos últimos que la persona desea cumplir (evidentemente, algunas metas requieren más tiempo y más esfuerzo que otras). Está bien soñar a lo grande -es la forma en que mucha gente consigue lo que desea. Lo único que debes recordar es que, cuanto más ambiciosa sea la meta que te fijes, más tendrás que esforzarte para alcanzarla.

Sé específico. Es mucho más fácil planificar y alcanzar un objetivo concreto que uno vago. Supongamos que tu objetivo es perder peso. Eso es bastante vago. Concrétalo especificando cuánto peso quieres perder, por qué y cuando deseas haberlo perdido. Eso te ayudará a planificar la forma de alcanzar el objetivo. Cuesta más y más tiempo perder 10 Kg que perder solo 3, de modo que deberás ajustar el plazo de tiempo en consonancia.

Caminando

Perder peso caminando


Gran porcentaje de la gente que vive en países desarrollados quieren perder peso, y es que la obesidad es uno de los grandes problemas de salud de nuestra generación. Sin embargo, no hace falta apuntarse a una gimnasia ni convertirse en un gran deportista para lograr una pérdida de peso. Los expertos nos dicen que andar una hora diaria es tan beneficiosa que cualquier otro tipo de ejercicio o dieta - y supone una forma barata y natural para ponerse en forma y perder peso.

No obstante, hace falta "aprender a andar" si queremos sacar provecho de esta ejercicio natural. Aquí ofrecemos 10 consejos sobre lo que debes EVITAR al empezar a caminar correctamente.

1
Calzado adecuado: es muy importante llevar unas zapatillas adecuadas cuando empezamos a caminar como ejercicio. Las suelas deben ser flexibles, deben ser la talla correcta y debes cambiar de zapatillas una vez al año. Lo mejor es ir a una tienda de deportes y consultar tus necesidades y tu talla con un experto. De esta forma evitará posibles lesiones en los pies y en las piernas.
2
Caminar con flexibilidad: Unas zapatillas flexibles te ayudarán, pero aun así debes intentar tomar pasos de forma relajada, uno tras otro, permitiendo un movimiento natural y flexible de los pies.
3
No tomar pasos demasiado grandes: Muchas personas cuando empiezan a andar pretenden tomar grandes pasos y así llegar más lejos. Es un error porque castiga los pies y los gemelos. Es preferible tomar pasos más pequeños, de acuerdo con el tamaño de cada uno, durante más tiempo.
4
Andar con la cabeza arriba: Una buena postura te permite respirar bien y mantener la línea corporal. La barbilla arriba, en paralelo al suelo y los ojos mirando unos 3 metros delante.
5
No mantener los brazos quietos: Si dejas que los brazos se cuelguen corres el peligro que de las manos y los brazos se hinchen y además funcionan como un freno. Los brazos deben estar en movimiento, constantemente, como una péndula delante y detrás.
6
Mover los brazos de forma correcta: Debes tener los codos cerca al cuerpo y mover los brazos hacia adelante y hacia atrás, pero sin cruzar la línea central del cuerpo y sin subirlos más arriba que su pecho.
7
Vestirse de forma adecuado: Es importante llevar ropa vistosa (y si caminas por la noche, ropa fluorescente tipo ciclista y ropa que le permite sudar. También es interesante vestirse en capas - una camiseta, un jersey, un impermeable.... Prendas que podrá quitar y llevar sin que resultan un estorbo. Y finalmente, si caminas durante el día es muy importante llevar un gorro para protegerse del sol.
8
Caminar recto: Si se agacha hacia delante o atrás es posible que sufra una lesión de espalda o cuello. Caminar recto, con los hombros relajados, barbilla recta y paralela al suelo. Imagina que eres más alto de lo que realmente eres. Si le cuesta andar recto, intenta hacer unos ejercicios abdominales para fortalecer los músculos.
9
Beber agua: Es importantísimo bebe agua antes, durante y después. Como pauta, bebe un vaso de agua 10 minutos antes de empezar a caminar, un vaso cada 20 minutos y al terminar, uno o dos vasos más. Evite bebidas con cafeína antes de andar, porque al causar una pérdida de líquidos, tendrás más sed y tendrás que parar a orinar durante el ejercicio. Si logras caminar durante más de dos horas, toma bebidas isotónicas para deportistas.
10
Descansar un día a la semana: Es tan malo no hacer ejercicio, como hacerlo tanto que pronto te hartas y pierdas el entusiasmo inicial. De vez en cuando toma un día de descanso para que tu cuerpo pueda repararse y los músculos puedan resconstituirse. Si no concibes perder ni un día de ejercicio, prueba otro tipo una o dos veces a la semana.

lunes, 5 de julio de 2010

Cambiar hábitos

Hoy en día sabemos que la fuerza de voluntad no basta.

Los profesionales de la PNL y los psicólogos nos dicen que para cambiar nuestros hábitos es fundamental que los objetivos sean agradables, tenemos que prestar atención por supuesto, pero sobretodo disfrutar de lo que hacemos por nuestro cuerpo.

La repetición verbal de buenos propósitos sin ningún atractivo jamás ha funcionado. Para cambiar nuestros hábitos, para mantener la motivación, es necesario que nuestro sistema nervioso sienta el placer de los resultados.

Es por eso que siempre digo que no somos nuestros comportamientos (sobretodo si ya no nos pertenecen y queremos cambiarlos), sino que somos nuestros buenos propósitos.

Somos lo que visualizamos, es decir lo que sugerimos a nuestro inconsciente y a nuestro sistema nervioso.

Somos lo que nos decimos a nosotros mismos, y la química que distribuimos con la vibración de las palabras.

Somos lo que sentimos y si sentimos que podemos lograrlo, lo lograremos, porque SOMOS NUESTROS BUENOS PROPÓSITOS

PESO JUSTO PARA SIEMPRE sigue este principio.

Las personas naturalmente delgadas no dependen de su fuerza de voluntad. Para ellos todo es naturalmente inconsciente. Este es nuestro objetivo, comer, saborear los alimentos, seguir a nuestro estómago inconscientemente y hacer ejercicio físico por placer.

Vive a pleno cada día, te deseo que logres mantener tu peso justo para siempre,