martes, 7 de febrero de 2012

JEAN-MICHEL COHEN, NUTRICIONISTA

JEAN-MICHEL COHEN, NUTRICIONISTA

`La cantidad de dietas milagro en el mundo siempre será proporcional al número de idiotas´


CARLOS LUJÁN
Jean-Michel Cohen

Este médico ha declarado la guerra a las dietas milagro. En especial a la Dukan. Tanto que su autor, Pierre Dukan, lo demandó por difamación... Y perdió. Antes de publicar su nuevo libro, el médico a quien consultan Nicolas Sarkozy, Sarah Jessica Parker o Jennifer Aniston vuelve a la carga. Habla de los `gurús dietéticos´; de la industria alimentaria; de su madre, obesa... `No tengo nada que ocultar´, avisa.



Antes de él, las autoridades sanitarias francesas y españolas ya habían advertido sobre los riesgos de un método que ha hecho millonario al francés Pierre Dukan. Cohen, que publica esta semana en España 1800 calorías para ser feliz (Ed. Planeta), una novela decididamente autobiográfica sobre cómo sobreponerse a distintos trastornos alimentarios, es un crítico acérrimo de las dietas milagro. El nutricionista, sin embargo, no ofrece una `dieta Cohen´. Cree que el sobrepeso, la obesidad o la anorexia han de tratarse de forma integral. `El aspecto psicológico, la razón por la que alguien tiene un problema con su cuerpo, es tan importante como la alimentación´, afirma. Y a la hora de adelgazar, propone a sus pacientes, más que medidas drásticas, `un cambio de alimentación, pero sin necesidad de alejarse mucho de sus hábitos´. En su consulta de París, donde recibe a clientes ilustres cuyo nombre evita revelar, da un repaso completo, sin tapujos, al mundo de la alimentación. `Soy feliz con lo que hago y conmigo mismo, así que no tengo nada que ocultar´. Ésa es, al menos, la impresión que da.

XLSemanal. Hoy en día los gurús de las dietas son casi todos franceses: Dukan, Montignac, usted... ¿Casualidad?
Jean-Michel Cohen. Hay una gran tradición en Francia. Si algo nos define es: gastronomía y dieta. Nuestras mujeres son las más delgadas, quizá porque comemos más cereales que nadie [se detiene]. Y, por favor, no me incluya entre esos \\\''\''gurús\\\''\''.

XL. ¿Qué lo diferencia de ellos?
J.M.C. Para empezar, no hay una `dieta Cohen´. Yo escucho a mis pacientes y les propongo una dieta personalizada, ajustando el número de calorías en función de sus necesidades, que, en el caso de una anoréxica, pueden ser ganar peso. Los tipos que menciona son gente que sabe vender su producto. No son nutricionistas, son dietistas, es muy distinto. Su prioridad no es la salud del paciente ni ayudarlos a que vivan más, sino que sus clientes adelgacen. Es una cuestión exclusivamente comercial, muy americana: lanzas tu propio método y, ¡hala!, a hacerse rico.

XL. Pero usted también es una estrella...
J.M.C. Como médico siempre me ha ido bien. Salgo en televisión, tengo buenos clientes... Confieso que, cuando no era conocido, me resultaba mucho más difícil obtener resultados con mis pacientes. Ahora me consideran una celebridad y eso los obliga más, sienten que si no pierden peso es culpa suya, ya que yo no tengo nada que demostrar.

XL. ¿A qué atribuye el éxito de Dukan o de la dieta Atkins?
J.M.C. Un profesor mío decía siempre: `El número de dietas milagro en el mundo siempre será proporcional al número de idiotas´. Ahora le toca a Dukan; en cinco años será otro. La gente quiere perder peso rápido, sin esfuerzo y sin tener en cuenta nada más. Es indudable que si alguien come 2.000 calorías por día y reduce a 1.000 bajará de peso. El problema es que perder peso de forma equilibrada lleva tiempo. Todos quieren acelerar el proceso, pero eso tiene un precio: la salud.

XL. Usted y Dukan publican en Francia en la misma editorial...
J.M.C. Sí, bueno, pero llevo años con ellos.

XL. ¿Conoce personalmente a Dukan?
J.M.C. Lo he visto una vez y, créame, no me tiene mucho aprecio. Me demandó por decir que su dieta puede causar graves problemas de salud entre algunos pacientes, como un fuerte aumento del colesterol, problemas cardiovasculares o cáncer de mama, y perdió. El juez entendió que no había nada calumnioso en mis afirmaciones.

XL. Dice Dukan que todos los que lo critican le tienen envidia porque se está haciendo rico.
J.M.C. Yo, desde luego, no me puedo quejar, incluso me planteo pasar consulta gratis un día a la semana... Pero bueno, es cierto que en este negocio hay mucho dinero en juego. Una dieta popular genera millones: el libro, la web, los productos que puedes asociar a tu nombre... La gente conoce los inconvenientes y peligros de la dieta Dukan, lo dicen las autoridades sanitarias de Francia y España y nutricionistas de todo el mundo, pero a muchos eso no les importa.

XL. La imagen que dan es la de que son ustedes un grupo de oportunistas peleándose por el pedazo más grande del pastel...
J.M.C. Lo sé, lo sé. Todos los periódicos han hablado de mi disputa con Dukan. ¿No hay problemas más importantes? Es absurdo, pero a la gente le interesa. ¡Qué le vamos a hacer! Cuando Dukan se hizo famoso, los medios lo presentaron como alguien con una solución milagrosa entre manos; ahora se meten con él: que si gana dinero a costa de la salud de la gente y bla, bla, bla. Hay mucha hipocresía de por medio.

XL. ¿De verdad nunca ha pensado hacer su propia dieta?
J.M.C. No. Mire, la receta del éxito de una dieta de estas es sencilla: que sea muy fácil de entender y que un par de famosos hablen de ella. En EE.UU. cuando vas a publicar un libro, lo primero que te dice el editor es: «Consigue que alguien famoso siga tu dieta». Si lo consigues, te da luz verde. Todos ganan dinero: la editorial, las tiendas, los medios..., mientras la pobre gente que sigue tus consejos pierde la salud. No son pacientes, son clientes.

XL. Se dice que Sarah Jessica Parker, Jennifer Aniston o Nicolas Sarkozy figuran entre sus pacientes...
J.M.C. Atiendo a gente muy conocida, sin duda.

XL. ¿Atiende a mucha gente frustrada por dietas milagro?
J.M.C. He atendido a pacientes cuya alimentación consistía en 400 gramos de carne en cada comida o gente que solo comía piña. El sobrepeso es un problema de energía: la diferencia entre lo que comes y lo que quemas. Perder peso rápido es sencillo. Puedes inventarte lo que quieras. El problema de Dukan no es el exceso de proteína animal, sino que elimina muchas cosas importantes para la salud. Algo muy grave es el potasio. Si no tomas fruta y vegetales, te baja el potasio, lo que afecta a muchos procesos de nuestro organismo.

XL. Y usted, ¿ha hecho dieta alguna vez?
J.M.C. ¿Sabe por qué me convertí en nutricionista? De niño comí más de lo que es recomendable. Mi madre era obesa. Me quería mucho y lo demostraba dándome comida. En mi familia siempre hablábamos del peso de mi madre, de qué médico veríamos a continuación, cuánto nos costaría... Visitó a doctores de medio París; todos, ladrones. Con el tiempo entendí lo que había ocurrido. La obesidad suele ser una historia familiar. El problema de mi madre, a la que adoraba, me llevó a estudiar nutrición.

XL. ¿Y a hacer dieta?
J.M.C. Indirectamente sí, pero la razón principal fue un desengaño amoroso. Mi prometida me dejó plantado y yo estaba convencido de que era por mi peso. Diseñé mi propia dieta, la primera que receté en mi vida [se ríe], a base de proteínas, fruta y ejercicio.

XL. Parecido a la dieta Dukan, entonces...
J.M.C. [Serio]. No lo creo. Dukan, en todo caso, no ha inventado nada. Es lo mismo que propuso en 1958 un tal doctor Pennington.

XL. En materia de obesidad, ¿cuál es el gran villano de nuestro tiempo?
J.M.C. Nuestros hábitos. Nos movemos poco y comemos más de lo necesario. Somos estimulados constantemente a comer.

XL. Culpa, entonces, a la industria alimentaria por el aumento de la obesidad...
J.M.C. Son los grandes responsables. Le contaré un encuentro que tuve en EE.UU. con directivos de Walmart [el mayor minorista del mundo] para hablarles del problema de la obesidad. Les expuse mis opiniones y, al acabar, me dijeron: «Bueno, somos una empresa, vendemos productos, no podemos ayudarlo. Si consigue cambiar los hábitos de los consumidores, adaptaremos nuestros productos, pero de momento...». La obesidad, digamos, no es su problema. Es, además, una industria muy poderosa que genera miles de puestos de trabajo y millones. Ningún gobierno quiere molestarlos mucho.

XL. Decía que nos estimulan a comer...
J.M.C. Así es, y no solo con la publicidad. ¿Sabe cuál es la receta para vender más? Primero añades azúcar a tu producto. Después, si quieres vender todavía más, pones un poco más de grasa, ya que esta acrecienta el sabor del azúcar. Entonces, tus competidores pondrán más azúcar y también más grasa. Y así va.

XL. Deberíamos cocinar más, ¿no?
J.M.C. Cuando preparas tu comida, sabes la cantidad que pones de cada ingrediente. Si compras una lata o un bote, no lo sabes. Preparar la comida es importante por esto, también por lo que pones de ti en ella y porque si la compartes con la familia o los amigos refuerzas un vínculo. La comida es compartir. En la comida hay amor. ¿Qué amor encuentras en un plato precocinado?

XL. Su nuevo libro, 1800 calorías para ser feliz, es una novela, no el típico manual para seguir una dieta. ¿Es el fruto de sus aspiraciones literarias o se trata, más bien, de una forma distinta de transmitir sus ideas?
J.M.C. Ambas cosas. A través de una novela pensé que mucha gente con los mismos problemas se identificaría con las historias que cuento. La obesidad es algo muy serio y hay que probarlo todo. Es increíble lo difícil que resulta explicar a la gente que en cuestiones de nutrición no hay milagros y que quienes ofrecen dietas rápidas no indagan en la raíz del asunto.

XL. Que es...
J.M.C. La raíz del problema es: quién está delante de ti pidiendo ayuda y cuáles son mis límites.

XL. ¿El mensaje de su novela sería: «No se puede curar a nadie si no se le escucha»?
J.M.C. Me gusta. Quería mostrar que hay un factor humano en toda especialidad; este está en el corazón del problema y es algo que se olvida con frecuencia. El sobrepeso, la obesidad o la anorexia se suelen tratar como un problema exclusivamente médico, pero tienen muchas capas diferentes.

XL. Siendo nutricionista, y no psicólogo, ¿cómo consigue que los pacientes le abran su intimidad?
J.M.C. Cuando hice mis primeras prácticas en el hospital, lo primero que mi tutor sugirió fue que pasara un año en el servicio de psiquiatría. Así conseguí profundizar en las implicaciones psicológicas de estos trastornos.

XL. También atiende a anoréxicas. Dice que las que se quedan embarazadas se curan al momento...
J.M.C. Así es, siempre. Recuperan de pronto la conexión con su madre y establecen el vínculo con su bebé. Se sienten mejor consigo mismas y se curan. El vínculo es la raíz de todo. La anorexia, para las chicas, es una forma de rebelión.

XL. ¿Recibe a mucha gente con depresión?
J.M.C. El 60 por ciento. Con frecuencia están en el paso previo a necesitar ayuda psiquiátrica. La vida es el balance entre los placeres. A veces la gente necesita tabaco, alcohol, cocaína o píldoras para compensar carencias. La comida actúa de una forma similar. Lo que tú comes representa quien eres, tu familia, dónde y cómo vives, cuánto dinero tienes; tu alimentación es parte de tu identidad. Desde tu primer día de vida.

XL. Otro de sus libros, Bien manger en famille [Comer bien en familia, 2005], habla de todo esto, ¿no?
J.M.C. Mi mujer y yo queríamos contar como es dar de comer a tus hijas, tenemos tres, mientras van creciendo, a lo largo de 18 años. Ella, como madre, explica cómo se hace y yo, como médico, lo que deben comer. Todos los padres del mundo han pasado por eso. Tu hijo no quiere comer algo y empiezas a distraerlo o a hacer gracietas. Esto es muy interesante porque la comida no es solo comida; es parte de la relación con tus padres, es diversión, bromas: es placer. Decimos también que cocinar para tus hijos es asimismo muy importante, no se puede abusar de las comidas preparadas. La comida es vínculo.

Jean-Michel Cohen: "Cualquier régimen que excluye alimentos es malo"

Jean-Michel Cohen: "Cualquier régimen que excluye alimentos es malo"
El nutricionista, que se ha hecho mundialmente famoso por denunciar los peligros de la dieta Dukan, presenta '1.800 calorías para ser feliz'. Y advierte que en su oficio hay mucho farsante


La llamada guerra de las dietas tiene en estos momentos dos actores principales y los dos son franceses: Pierre Dukan, artífice de su exitoso régimen homónimo, y Jean-Michel Cohen, un nutricionista muy reconocido en su país pero que se ha hecho mundialmente famoso por ganarle un pleito a Dukan después de acusarlo de tener un régimen “peligroso”. Cohen, que rechaza las dietas milagro y también la idea de vender al gran público un método de adelgazamiento, cuenta entre sus célebres clientes con Nicolás Sarkozy, al que asegura que le encanta el chocolate, o Sarah Jessica Parker. El nutricionista acaba de presentar en España 1.800 calorías para ser feliz (editorial Planeta), una novela con la que, a partir de casos reales, relata los peligros de las dietas.

¿Por qué este título?
1.800 calorías es la cifra que permite que los hombres adelgacen a un ritmo rápido y que las mujeres se estabilicen. Además en el título quería mezclar las palabras calorías y feliz porque se critica el término “calorías” y en cambio a nivel científico únicamente existe este vocablo, todo el resto es filosofía. También quería que apareciese la palabra “feliz” porque estoy cansado de estos regimenes en los que la persona está sufriendo.

Pero socialmente parece que se es más feliz si se está delgado…
La persona lo cree cuando en realidad la felicidad seguro que está en otro lugar, probablemente en el amor a uno mismo. Pero es una manera de acusar a tu cuerpo de tus problemas.

¿El libro es una advertencia de los peligros de las dietas?
Sí. A través de varios personajes presento todos los regimenes malos. Hoy todos los libros sobre dietas se compran para leer las tres primeras páginas porque las otras 200 están en Internet o en el resto de libros. Yo quiero explicar las historias de las personas porque un régimen implica emoción, sensibilidad… una historia de vida tanto para el paciente como para el médico.

También habla de trastornos alimenticios severos como la anorexia. ¿Son muchas las personas que se pasan con la dieta y llegan a este extremo?
Sí. Con los regimenes malos hemos observado que esto puede desencadenar en anorexia o alimentación compulsiva. En estos dos casos la persona ha hecho un régimen para ser más feliz y se enferma debido a él.

¿Cuáles son esos “regimenes malos”?
¡Cada año sale uno nuevo! Cualquier régimen que excluya alimentos es malo: los vegetarianos que eliminan las proteínas, por ejemplo.

Y ¿Una persona cómo puede saber si está llevando al extremo una dieta?
Porque tiene hambre, está cansada, tiene un tono de piel gris, entra en depresión o porque ya no puede comer con las otras personas.

No hay que pasar hambre.
No. Si sucede eso no puede seguir con el régimen.

Los casos que explican en el libro son bastante duros ¿Son reales?
Sí. Pero los he novelado para evitar que la gente se pudiese reconocer.

¿Hacer una novela responde también a alguna técnica psicológica?
Bueno, haciendo una novela la gente se identifica con los personajes y se la lee toda porque es como una telenovela. Explico una historia pero también les enseño cosas importantes.

Y a veces da detalles muy precisos de las locuras que se hacen por mantener la línea ¿Es para atemorizar?
Es como una escenografia. Si en una película no pasa nada no la ves.

Usted discrepa de las llamadas dietas ‘milagro’ como la Dukan de la que dijo que es “fantasiosa” y “peligrosa” ¿Dónde radica el peligro?
En que excluye una categoría de alimentos que son fundamentales. El problema con este régimen es que no comes vegetales pero muchísima proteína olvidando que cuando lo haces consumes muchas grasas saturadas. Un entrecot tiene un 15% de proteína pero también entre un 15 y un 25% de grasa. Y en Francia tenemos casos de gente que consumía 180 gramos de grasa al día cuando no se puede sobrepasar 80 gramos porque un abuso puede derivar en enfermedades cardiovasculares y cánceres.

Y ¿Por qué se permite si es tan peligrosa?
Porque no puedes prohibir una alimentación, no es posible… Pero yo le gané el juicio.

Con esta polémica da la sensación de que el mundo de las dietas es muy rentable y por eso se pelean…
No, yo no tenía nada que vender. Normalmente esto se debate en un congreso pero el señor Dukan me atacó a justicia y es la primera vez que se ve algo así en el mundo de la medicina. Y puedes decir que un régimen es malo sin decir que la persona es mala.

Usted diferencia entre nutricionistas y dietistas ¿el dietista es el camino más fácil?
En Francia para ser dietista normalmente hay que estudiar dos años después de hacer la selectividad. Y un nutricionista acostumbra a ser un médico, pero es una disciplina nueva y nunca se ha reconocido. Además hay mucha gente que dice que es nutricionista pero que en realidad no lo es. Yo les llamo los "adelgazadores". En Francia nutricionistas de mi edad quizás hay 30 y adelgazadores, miles.

Hay mucho farsante…
Sí. Harían teatro mucho mejor.

¿En el tema de la alimentación hace falta más educación y espíritu de sacrificio?
Sí. Pero no hay que hacer una nutrición de prohibición sino que debe ser nutritiva. Desde hace 50 años la alimentación ha ido cambiando y deberíamos haber educado a los niños en una nueva nutrición. Es lo que yo hago ahora en Estados Unidos y Francia para intentar ver cómo se puede crear una educación alimentaria sin que haya niños perturbados.

Pero al mismo tiempo parece que cada vez hay más preocupación por comer bien…
Es por eso que hay que ser indulgente. A veces puedes comer mal. Si comes sobretodo sano no te debes prohibir un pastel o un caramelo pero hay que aprender a consumirlos y armonizar los alimentos. Hay que pensar que si comes demasiado azúcar o grasa al mediodía por la noche no lo puedes hacer.

¿Usted ha hecho alguna vez dieta?
Nunca. Sigo un régimen desde que tengo 18 años y cada vez que lo dejo me engordo.

¿En qué consiste?
Tres o cuatro veces a la semana como todo lo que quiero y bien y el resto de días me porto bien (sonríe).

Irina Matveikova ( Rusia , 1966 ) es licenciada en Medicina , con especialidad en Endocrinología y Nutrición Clínica por la Universidad Estatal de Medicina de Minsk ( Bielorrusia )

Dra. Irina Matveikova

La doctora Irina Matveikova ha presentado el libro Inteligencia digestiva (La Esfera de los Libros) para acercarnos al mundo poco conocido de la tripa y las funciones digestivas. Ahí, un auténtico segundo cerebro lleva a cabo su actividad, desde tiempos inmemoriales. No solo garantiza nuestra supervivencia sino que además nos ofrece una sabiduría ancestral basada en la percepción directa y las intuiciones.


—¿Puedes explicarnos el concepto de cerebro digestivo?

—En 1999 el profesor Michael Gershon de la Universidad de Columbia, de Nueva York, publicó un ensayo tras haber estudiado durante 30 años el sistema nervioso entérico. Descubrió que tenemos cien millones de neuronas entre dos capas musculares del tubo digestivo, que son totalmente idénticas a las del sistema nervioso central (el cerebro superior). Estas neuronas tienen el mismo lenguaje neuronal que las del cerebro y producen los mismos neurotransmisores (sustancias químicas destinadas a producir algún efecto). Lo más interesante de esto ha sido descubrir que el 90% de la serotonina (la famosa hormona de la felicidad y el bienestar) se produce y se almacena en el sistema nervioso entérico, o cerebro digestivo. También tenemos ahí sustancias parecidas a las benzodiazepinas, lo que quiere decir que tenemos poder ansiolítico (tranquilizante) en la tripa. Este segundo cerebro tiene un vínculo profundo con nuestras emociones y nuestro bienestar.

—¿A qué responde lo que se pone en marcha en este cerebro?

—Ha aparecido una ciencia nueva, que se llama neurogastroenterología, que se dedica a estudiar los trastornos psicosomáticos con expresión gastrointestinal. Es decir, cómo canalizamos emociones a través del sistema digestivo, e, inversamente, cómo el sistema digestivo afecta a nuestras emociones; cómo desarrollamos enfermedades psíquicas o físicas y cuál es el papel de este segundo cerebro en relación con ello.

“Todavía no está muy claro cómo usar el potencial de este segundo cerebro, pero sí se sabe por ejemplo que se puede liberar serotonina gracias a un bolo alimenticio que se mueva a través del tubo digestivo; si provoca que los músculos se estiren, se desencadena una reacción neuroquímica. Por eso cuando uno come copiosamente, o deprisa, puede experimentar una relajación, un bienestar, lo que puede constituir una manera de combatir la ansiedad u otras emociones. Ahora bien, esta no es una forma sana de proceder. Hay medicinas naturales, milenarias, que proponen un aumento del bienestar mediante técnicas variadas. Aplicar calor, un masaje suave y dulce en la tripa, la respiración abdominal, un ritual de meditación, la acupuntura, así como los mimos y una buena alimentación ¡pueden ayudarnos a obtener mucha serotonina sin contraindicación alguna!

—¿Qué características tiene el cerebro digestivo?

—Se dice que es el cerebro más antiguo; que tiene el sello de toda la evolución humana. Mientras desarrollábamos el cerebro, la conciencia lógica, constituía la base de la supervivencia. La serotonina tiene aquí la función de regular los movimientos musculares peristálticos y amplificar las transmisiones sensoriales ‘básicas’, las cuales se relacionan en primer lugar con la supervivencia y, además, están vinculadas a la defensa, la intuición, el sexo, la nutrición y diversos deseos e impulsos (que con la evolución hemos aprendido a suprimir e ignorar).

“Gracias al cerebro de la cabeza hemos desarrollado una gran superioridad, pero en cambio, y contrariamente a los animales, nos hemos olvidado de escuchar al cerebro de la tripa. Es un cerebro con mucha capacidad. Por supuesto, no va a crear poemas o participar en debates socráticos, pero es muy intuitivo y perceptivo. La inteligencia del cerebro digestivo no pasa por el filtro de la conciencia ni de la voluntad ni de influencias externas, sino que ya está desarrollado mientras crecemos durante la infancia.

Las Mejores Rutinas para bajar Peso

La mejor dieta para bajar de peso
BBC Ciencia

En gran parte del mundo vivimos obsesionados con las dietas y la pérdida de peso.

Los expertos hablan de una epidemia global de obesidad.

Para las autoridades sanitarias, ésta es una causa de gran preocupación por el número de enfermedades asociadas al sobrepeso.

Pero para la industria multimillonaria de las dietas es una fuente de enormes ganancias.

Porque es un hecho que en la mayor parte del mundo vivimos obsesionados con perder peso.

Y también es un hecho que, a pesar de la ciencia y de los mensajes sobre el daño del sobrepeso para la salud, adelgazar sigue siendo para muchas personas un objetivo muy difícil de lograr.

Tres dietas básicas


Utilizar un reproductor alternativo
El mayor problema, como explica a BBC Mundo la doctora Cecilia Albala, del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos de Chile, no es tanto perder los kilos de más, sino mantenerse con un peso ideal.

"En efecto, hay muchísimas dietas para bajar de peso, porque bajar de peso es relativamente fácil. Lo difícil es mantenerse delgado", dice la experta.

"En más del 95% de los tratamientos dietéticos se reincide y la gente vuelve a engordar, lo cual significa un fracaso".

Tal como explica la nutricionista, las dietas probadas científicamente, independientemente del nombre que tengan, se dividen en tres tipos.

Una de las cosas más importantes para la manutención, además por supuesto del ejercicio, es pesarse. Las personas que se pesan por lo menos una vez a la semana -obviamente estamos hablando de los que siguen una dieta y hacen ejercicio- son las que logran mantener su bajo peso
Dra. Cecilia Albala
Estos son: las dietas hipocalóricas, con la que se consumen menos calorías de las que se gastan; las hiperprotéicas hipocalóricas, que restringen carbohidratos y se aumenta el consumo de proteínas y las que tienen una gran restricción de grasas.

"Si se hacen bien, cualquiera de estas tres dietas logran bajar de peso. Simplemente por la cuestión del balance energético: si necesitamos 1.000 calorías para vivir y se comen 200, nos queda un déficit de 800 y tenemos que bajar de peso".

Menos calorías, poca porción

Un gramo de grasa contiene el doble de calorías que un gramo de carbohidratos o proteínas, así que para lograr un déficit hipocalórico tenemos que comer muy pocas grasas y tratar de suprimir azúcares y harinas refinadas.

También debe incluir en su dieta opciones de bajas calorías, como frutas y verduras, pescado, leche descremada, alimentos ricos en fibras y productos de granos integrales.


Para perder peso es esencial consumir menos calorías.

"Yo, después de 30 años de trabajar en obesidad, nunca recomiendo una dieta que sea muy diferente a las actividades de la vida normal de la persona, porque será imposible que la mantenga".

"Lo más importante es cambiar hábitos y hacer ejercicio, porque si no subirá de peso indefectiblemente".

Otro consejo útil para bajar de peso es vigilar las porciones de sus comidas.

Es un hecho que cada vez son más grandes la cantidad de alimentos que comemos, especialmente cuando se trata de comidas rápidas o productos procesados, y esto significa más calorías.

También es necesario reducir las cantidades de papas, pasta y arroz, ricos en carbohidratos, y las bebidas gaseosas azucaradas que añaden calorías adicionales a su régimen sin ningún valor nutricional.

Actividad física

Y no se debe olvidar la importancia del ejercicio y de la actividad física.

Esto, dicen los expertos, no significa sudar profusamente en un gimnasio.

Los expertos recomiendan evitar las dietas que prometen "milagros" de perder peso rápidamente.
Elija actividades físicas que disfrute, como caminar o andar en bicicleta, y añada minutos adicionales dedicados a estas actividades cada semana.

También es buena idea comprarse un podómetro para medir el número de pasos que da cada día e incremente esa cantidad gradualmente.

Además, otra recomendación de la doctora Albala es evitar las dietas que prometen "milagros" de perder peso rápidamente o las que están de moda y que sugieren comer sólo uno o dos alimentos, o aquellas que dicen que determinados alimentos "queman grasas".

Ninguna de estas dietas tienen éxito y pueden ser riesgosas, porque no ofrecen todos los micronutrientes que necesita el organismo.

¿Cómo mantenerse delgado?

"Pero una vez que bajamos de peso, ¿cuánto tiempo soy capaz de mantener ese peso ideal?", se pregunta Albala.

"Una de las cosas más importantes para la manutención, además por supuesto del ejercicio, es pesarse".


La experta recomienda pesarse regularmente para tener conciencia del peso corporal.

"Las personas que se pesan por lo menos una vez a la semana -obviamente estamos hablando de los que siguen una dieta y hacen ejercicio- son las que logran mantener su bajo peso".

"Porque son las que logran asumir, por sí mismas, si están comiendo más o menos. Y es que bajar un kilo cuando usted lo sube no cuesta nada, pero bajar diez kilos sí que cuesta", dice la nutricionista.

En efecto, por lo general nos pesamos sólo cuando estamos haciendo dieta, pero una vez que bajamos de peso o cuando no estamos haciendo dieta nos olvidamos de la báscula.

"Le puedo decir que, en mi experiencia de 30 años como nutricionista, eso que parece tan simple como pesarse es lo que menos hace la gente y lo que es más útil para estar permanentemente consciente del peso corporal".

"Así que mi consejo es: cómprese una pesa antes de empezar su dieta, siga una dieta balanceada y saludable, haga ejercicio de forma regular y pésese continuamente".

Irina Matveikova ( Rusia , 1966 ) es licenciada en Medicina , con especialidad en Endocrinología y Nutrición Clínica por la Universidad Estatal de Medicina de Minsk ( Bielorrusia )

Irina Matveikova ( Rusia , 1966 ) es licenciada en Medicina , con especialidad en Endocrinología y Nutrición Clínica por la Universidad Estatal de Medicina de Minsk ( Bielorrusia ) . Ha cursado estudios de postgrado en medicinas naturales en Estados Unidos y la República Checa , de fitomedicina en
Francia y Argentina , así como de métodos de desintoxicación corporal e hidroterapia de colon en Alemania .
En la actualidad trabaja en la Clínica de Salud Digestiva ( Madrid ) , y anteriormente lo hizo en Sanitas Hospitales como médico de familia , en los centros Mundosalud de la misma compañia como experta en nutrición y reeducación alimentaria , y en la sanidad pública de España como médico de atención primaria .

Fue docente de Endocrinología y Nutrición Clínica en la Universidad Estatal de Minsk y actualmente lo es del máster de postgrado en Medicina Biológica Naturista de la Fundación Iberoamericana ( FUNIBER ) , red académica y profesional con presencia en veinticinco países y cuarenta y cinco universidades .

Es autora de varios artículos sobre salud digestiva y nutrición funcional y de cuentos infantiles sobre plantas medicinales , así como de un diccionario de plantas medicinales en cinco idiomas aún no publicado .

La Inteligencia Digestiva y tus ejercicios diarios

Cada mañana durante 5 minutos, realiza este sencillo automasaje que mejorará tu tránsito intestinal : con la yema de los dedos sobre la zona inferior del abdomen dibuja movimientos en círculo ( de derecha a izquierda ) .


Los movimientos circulares tienen que ser suaves pero firmes , realízalos en sentido de las agujas del reloj ejerciendo una ligera presión , sin que cause dolor .

No recomendado para los 3 primeros meses post-cirugía

Duración 15 minutos . Se recomienda realizar 3 veces por semana .
Encuentra un lugar en silencio y relajante y acuéstate boca arriba . Acostarse en la cama o en el sillón es idóneo , pero también trata de darte un masaje abdominal mientras tomas un baño caliente .
Comienza por trabajar en el cuadrante inferior derecho de tu abdomen , cerca del apéndice , justo por encima de la cadera ; usa las yemas de los dedos de ambas manos y empuja suavemente hacia abajo sin que esto te resulte incómodo . Luego haz movimientos circulares para dar el masaje . Siempre aplicando poca presión y evita oprimir zonas en las que sientas dolor .


Lentamente , sube hacia el lado derecho de tu abdomen , justo debajo de las costillas . Aplica movimientos circulares breves de lado a lado de tu abdomen justo por encima de tu ombligo ; sigue tu colon hacia las ingles , en dirección a tu cadena izquierda .
Repite todos los pasos unas seis veces y termina haciendo el mismo recorrido , sólo haciendo presión cada 5 centímetros .


Es recomendable después del masaje abdominal ponerse en cunclillas manteniendo la posición durante unos 2-3 minutos .