lunes, 14 de junio de 2010

Cambiar tus Hábitos

Deseos y realidades
En este método te voy a explicar cómo hacer para que tu parte racional se alinee con tu parte emocional, creando una nueva forma de relación entre tu mente y tu cuerpo. La mayor parte de mujeres y hombres comen sin control como consecuencia de sentirse deprimidos, enfadados, solos, ansiosos, aburridos, desesperados… El aumento de peso no es mas que consecuencia de mantener separado lo que queremos con lo que hacemos, la lucha eterna entre los deseos y las realidades.

Tú quieres mantener tu cuerpo esbelto y sano, pero no haces nada para conseguirlo. Quieres, pero no haces. Esa es la clave. En este método te voy a explicar cómo convertir en realidad tus deseos de peso ideal, cómo hacer para que tu cerebro cumpla las órdenes que le das, para que no te boicotee y siga directamente tus instrucciones. Racionalmente quieres un cuerpo esbelto y tu cerebro te hace comer y comer, saltándote todo aquello que sabes que te perjudica. Yo te voy a enseñar técnicas para que tu cerebro simplemente obedezca tus órdenes.

Este método también sirve para ganar peso, no sólo para perderlo, cuando el especialista en nutrición desea que comas determinados alimentos que te hagan engordar y que no te gustan, por ejemplo en el caso de desnutrición o anorexia.

¿Problemas o soluciones?

Hasta ahora has considerado el exceso de peso como un problema y para resolverlo te has centrado en el problema. Centrarse en un problema es cerrarse, es atascarse en el propio problema. Existen dos formas de enfrentarse a una situación que nos perjudica: podemos centrarnos en el problema, o podemos centrarnos en los objetivos. Si nos centramos en el problema (“estoy gordo y no quiero estar gordo”) lo más probable es que nos quedemos sin salidas, sin opciones. Centrarnos en el problema nos llevará a buscar únicamente dejar de estar gordo. Por eso la mayor parte de las dietas fracasan, porque toda la energía se basa en “dejar de tener ese problema”. Si yo te digo “no pienses en que estás gordo”, lo que va a hacer tu cerebro para entender la frase será pensar en que estás gordo. Sin embargo, si yo te digo “piensa en tu cuerpo ideal”, tu cerebro va a pensar en lo que quieres, no en lo que no quieres.

Por lo tanto es muy diferente si nos centramos en el objetivo: “no quiero estar gordo” no significa lo mismo para el cerebro que “quiero tener un cuerpo saludable”. ¿Ves la diferencia? En el primer caso nos quedamos bloqueados, mientras que en el segundo caso se nos presentan montones de recursos y opciones, recursos y opciones que ya posees y que lo único que tienes que hacer es activar para que te lleven a tu objetivo.

Es muy importante determinar para quién es un problema que tú tengas exceso de peso. Las personas, mientras nos encontramos en un estado satisfactorio, tratamos de protegernos de las agresiones exteriores y de mantener el equilibrio. Cuando nos encontramos bien no queremos el cambio. Por lo tanto, ante la necesidad de iniciar una dieta, lo primero que tenemos que preguntarnos es quién se queja con el sobrepeso, no quien presenta el sobrepeso. Por ejemplo, quizás son tus padres o el médico quienes están preocupados por tu sobrepeso, por lo que te obligan a seguir una dieta, mientras que a ti te preocupa poco estar con obesidad. Si este es el caso, las posibilidades de fracaso son muy altas, mientras tú no seas consciente de que eres el único motor del cambio posible.

Otra cuestión muy importante es que tengas muy claro qué haces que desearías no hacer y qué no consigues hacer cuando desearías hacerlo. Es fundamental que determines la respuesta a estas dos preguntas basándote en descripciones de comportamiento.

También es interesante que examines detenidamente las soluciones que previamente has utilizado para realizar la dieta. ¿Qué es lo que no ha funcionado a la hora de solucionar el problema? Es fundamental saber qué herramientas o qué estrategias has empleado y que no han dado resultados, ya que si los hubieran dado ya no existiría el problema. Por lo tanto es absurdo seguir haciendo cosas que no te han funcionado.

En muchos casos, las personas ponemos en marcha soluciones que en determinado contexto son las más adecuadas. Pero una vez que ha cambiado el contexto seguimos dando la misma solución, equivocándonos evidentemente a partir de ese momento. Como el cerebro humano funciona por repetición, seguimos insistiendo en soluciones que en vez de resolver el problema, lo agravan. Para llegar a un sitio es necesario saber reconocer que hemos llegado. Aceptar objetivos poco accesibles o demasiado vagos lleva a las dietas al fracaso. Tienes que saber cuál es tu objetivo real. Quizás tu queja es que tienes sobrepeso, mientras que tu problema real es que comes porque confundes sensaciones, por ejemplo, tal como te explico en el método, hambre con soledad. Es evidente que mientras no te marques como objetivo eliminar esa sensación de soledad no vas a poder enfrentarte a la dieta.
Por otro lado, imagina la cantidad de dinero que vas a ahorrar comiendo menos. Este es otro ejemplo de cómo podemos plantearnos las cosas desde distintas perspectivas, centrándonos en el problema o en la solución.

No hay opción para el fracaso

No quiero que fracases en tu trabajo por seguir la dieta. Sé que estás cansado de tu situación, que ya has hecho muchas tentativas en las que has tenido la sensación del fracaso. Te pido un pequeño esfuerzo más. Está más que demostrado que simplemente con un pequeño esfuerzo más, te anticiparás a aquello que te voy a pedir hacer, planificarás mejor tus estrategias y tus objetivos y tendrás más claro aquello que quieres conseguir. Con un esfuerzo suplementario mínimo las posibilidades de éxito se multiplican exponencialmente. Trabajando un 1% más que lo mínimo exigido tu nivel de rendimiento de multiplicará por diez. Si fracasas, cosa improbable si sigues correctamente el método, que no sea por falta de implicación, por falta de planificación, por no haberte adelantado a lo que querías conseguir.
Y no sólo se trata de que dediques un poco más de tiempo sino de que el tiempo que trabajes los ejercicios de este método lo hagas de manera plenamente consciente, sabiendo lo que estás haciendo, conociendo las prioridades de las tareas más urgentes. Dedicando más atención y esfuerzo a lo realmente importante multiplicarás también tu rendimiento de manera más que evidente.

Hablando de fracasos, me gustaría que fueras consciente de que no existen los fracasos, si eres capaz de aprender de tus errores. Es posible que hayas “fracasado” muchas veces en tu plan por seguir una dieta. Es posible que tengas la sensación de que no has conseguido lo que te has propuesto. Pero prefiero que pienses que lo que te ha sucedido hasta ahora con la dieta es sólo el resultado de un proceso que no ha sido satisfactorio para ti. Entiende bien lo que quiero decir: no hay fracasos, hay resultados. Si haces algo de una determinada manera, la consecuencia es un resultado. Si lo haces de otra manera el resultado será otro. Tus estrategias te han llevado hacia un resultado no satisfactorio. Con este método vas a aprender a utilizar otras estrategias diferentes que te llevarán a unos resultados completamente distintos. Lo importante es saber sacar conclusiones, saber aprender de nuestros errores y hacer cosas diferentes a partir de este momento.

El sobrepeso es una enfermedad, no es un vicio, ni comes porque sí. Por eso, con la ayuda de la dieta personalizada que te puede adaptar el especialista en nutrición y la ayuda de este método, tienes el éxito garantizado.

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