lunes, 14 de junio de 2010

Dar Importancia a La Imagen

Hola! hoy quiero compartir contigo una reflexión sobre 3 tipos de personas que existen.
Esta semana estaba trabajando con el material de mi método para adelgazar naturalmente de modo definitivo (claro! usando PNL) y me encontré escribiendo sobre algo que había aprendido hace un tiempo, durante un seminario. Allí se contaba de dos hombres, ambos con estudios en la misma universidad, ambos con la misma edad y provenientes de familias similares (clase media, padre y madre trabajadores, con dos hermanos cada uno, etc). En la época de los problemas económicos, ambos fueron despedidos por la empresa en la que trabajaban, y se vieron sin ninguna fuente posible de ingresos.
Uno de ellos empezó a buscar trabajo. Obviamente, primero miró en los puestos vacantes que fueran acordes a su educación, pero no había. Entonces se dirigió a puestos de menor categoría, donde constantemente le cerraban la puerta diciendo que estaba “sobre calificado”. No hay respuesta peor que esa. Es como el “te quiero como amiga” cuando a alguien le gusta mucho un chico…
Entonces él volvía cada día a su casa, cansado, de mal humor, y se sentaba en el sillón grande del living a ver televisión. Su esposa lo impulsaba, trataba de levantarle el ánimo. Finalmente, un día se dijo “no hay trabajo para mí porque no hay trabajo. No tiene sentido que siga perdiendo mi tiempo” y a partir de ese día se quedó en su casa, tirado viendo televisión, o tomando con otros que, como él, desistieron de seguir buscando lo que parecía imposible de lograr: un trabajo digno.
El otro de estos hombres estaba en la misma situación. También buscó primero entre los puestos acordes con su preparación, y fue bajando, escuchando las mismas respuestas de sobre calificación. Él también volvía a su casa sin una respuesta afirmativa, pero, cada día, buscaba nuevamente en el diario e iba a tratar de conseguir ese puesto, cualquiera fuera. Sabía que había un lugar para él, tenía la certeza que lograría conseguirlo, aunque no sabía cómo, pero esto no le preocupaba. Finalmente, en una empresa que era realmente en la que deseaba trabajar, y ante la misma respuesta “es demasiado para el puesto” respondió “lo hago gratis!”. Al principio el gerente de recursos humanos se quedó sorprendido, mudo. Lo miró fijamente, como si quisiera saber si hablaba en serio. Como no había ningún indicio de broma, bajó su mirada, nuevamente sobre el curriculum de esta persona, releyéndolo. Realmente era mucha su preparación para lo que el puesto requería. Sin embargo, lo había emocionado la actitud de esta persona…En cuanto vio que el gerente dudada, él le insistió un poco más para que lo contratara:
- le pido su ayuda!-le dijo, casi suplicando – si no consigo este trabajo, aunque sea haciéndolo gratis, voy a volver a casa como todos los días, y no sé qué le diré a mi esposa. Voy a sentirme deprimido, voy a sentirme un inútil, un tipo que no sirve para nada, y no querré seguir adelante…! Por favor, déjeme seguir adelante, déjeme trabajar gratis!
Conmovido, el gerente de recursos humanos lo contrató. Este hombre trabajaba cada día como si su sueldo fuera el del presidente de la empresa. Su actitud, su disposición, su prestancia eran realmente únicas. Adivina cuánto duró en ese puesto, trabajando gratis: sólo 10 días. En cuanto hubo una vacante en otro sector (un gerente que se retiró por problemas familiares), el de recursos humanos recomendó a nuestro amigo (esta vez sí le pagarían un sueldo acorde a su puesto).
Qué hubiera pasado si él perdía la actitud, dejaba de creer que era posible, se desanimaba ante cada fracaso?
De esta historia se concluye que existen dos tipos de personas en el mundo: los que obtienen los que se proponen y los que contarán excusas, historias y justificaciones de porqué no obtuvieron lo que querían.
Yo agrego una tercer categoría, que son aquellos que quisieran ser diferentes, pero que aún no saben cómo hacerlo, como mejorar. Ahora sí, los 3 tipos de personas que existen son:
a) Los que logran lo que se proponen: sin importar si aparecen obstáculos en su camino, o si todo parece que terminará mal, o si todos les dicen que nunca lograrán sus objetivos. Sin embargo, y contra todos los pronósticos, contra viento y marea, finalmente hacen cumbre, conquistan sus metas. Estas personas son íntegras, se sienten felices desde cualquier lugar que las veas.
b) Los que tienen excusas e historias: son los que niegan la realidad, y siempre tienen un motivo por el que las cosas no salen como quisieran. “Sé que estar gorda me hace infeliz pero no tengo tiempo de hacer ejercicio” solía yo decirle a los demás. Lo más triste es que no sólo les mentía a ellos…me estaba mintiendo a mí!!! Este tipo de personas siempre encuentran en alguien externo el motivo, la causa por la que no hacen lo que deberían hacer. Finalmente, la vida los encontrará en el final (todos terminan igual) dando excusas porque no vivieron como podrían haber vivido. Y, obviamente, será culpa de otros. Las excusas SON el peor obstáculo para no actuar y obtener las metas en la vida, porque, a nivel cerebral, estás justificando tu inacción. En cambio, si reconoces la verdad, por dolorosa que sea, evitarás este mal y actuarás para cambiarlo.
c) Los que aún no saben cómo hacer para lograr lo que desean. Son personas que, por motivos verdaderamente ajenos a ellos, no supieron o no pudieron acceder a esa “chispa” que enciende la búsqueda de conocimiento, el afán de superación. Sin embargo, en cuanto estas personas ven a otros que sí actúan de ese modo, automáticamente siguen su camino, porque, internamente, siempre aspiraban a más, a mejorarse, a ser diferentes.
Si tú eres de los que está en el primer grupo, me saco el sombrero ante ti, y te pido que sigas así, porque no sólo te haces bien a ti, sino que contagias (aún sin saberlo) a muchísimas personas que están dentro de los otros dos grupos, que, al ver tu actitud, cómo luchas por lo que crees, te imitarán y seguirán tu ejemplo.
Si estás en el segundo grupo, la vida no terminó aún para ti. Puedes dar un golpe de timón YA MISMO! Deja de mentirte y empieza a actuar para ser parte del primer grupo. Es tan fácil como decidirte y empezar, y no dejarte doblegar.
Si estás dentro del tercer grupo, ahora ya no tienes chance: si eliges actuar, entrarás dentro de los primeros, de las personas “diferentes”, de los “menos” que todos desearían ser. Si te dejas llevar por la corriente, entonces serás, en el mejor de los casos, un mediocre más, “uno del montón”, uno que no sólo se vivirá mintiendo, sino que será manejado por quienes así lo quieran (como son hoy los dueños de la industria alimentaria, las dietas, etc).
Cuando escuché y medité sobre esto, y me di cuenta que yo era una mediocre, que estaba mintiéndome, que podía ser mucho mejor (ser mediocre lo es en referencia a uno, a lo que podría llegar a dar de mí y no doy, sin importar los demás), entonces me dije “Basta de excusas, Sofía! Vas a actuar de acuerdo a tu talento, a tu potencial!” y así, en un minuto, di el salto al primer grupo. No creas que fue fácil. A veces aún no lo es. Pero con actitud se puede superar cualquier obstáculo, en tanto y en cuanto seas sincera/o contigo.
Mientras más inteligentes, más excusas nos ponemos. Sin embargo, es como tapar el sol con las manos: puede que no nos queme los ojos, no nos genere dolor, pero el problema sigue allí, y en cuanto corramos las manos, aparecerá y dolerá de nuevo. Y un parche constante no existe. Es mejor enfrentar las cosas, y te aseguro, además de dejar de doler definitivamente, te habrás superado como persona, habrás dejado de ser mediocre y empezado a ser Mejor! O no?
Me despido deseándote que tengas un excelente fin de semana! Y si quieres déjame tu comentario que me va a enriquecer mucho como lo hacen siempre que los recibo!
Cariños

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